La devoción del sospechoso X

Género: Policíaco
Publicado en: 2005
Título original: Yôgisha X no kenshin (容疑者Xの献身)
Sinopsis: Yasuko Hanaoka, madre soltera y divorciada, pensaba que por fin se había librado de su ex marido. Pero cuando éste aparece un día ante su puerta, en un complejo de apartamentos en Tokio, la escena se complica y el ex marido acaba muerto en su casa. Madre e hija lo han estrangulado.
De pronto, Ishigami, el enigmático vecino de la puerta de al lado, se ofrece a ayudarles a deshacerse del cadáver y buscar la coartada perfecta. Yasuko, desesperada, acepta de inmediato. Cuando el cuerpo finalmente aparece y es identificado, Yasuko se convierte en sospechosa.
Sin embargo, el detective Kusanagi, aunque no encuentra fisuras en la coartada de Yasuko, sabe que hay algo extraño. Así que decide consultar al doctor Yukawa, un físico de la Universidad de Tokio que suele colaborar con la policía. Éste, conocido como el Profesor Galileo, estudió en el pasado con Ishigami, el enigmático vecino de la sospechosa. Al reencontrarlo de nuevo, el Profesor Galileo intuye que Ishigami tiene algo que ver con el asesinato.

Opinión:
Siempre que me acerco a la literatura oriental en general, y a la japonesa en particular, lo hago con un temor casi reverencial. La verdad es que no sé muy bien por qué es así ya que cada vez que lo he hecho he terminado plenamente satisfecho (igual es que he tenido suerte al elegir, porque seguro que también existen los escritores japoneses malos), aunque siempre termino con la extraña sensación de que me estaoy perdiendo algo, como si no acabase de entender del todo lo que se me estaba contando, debido sobre todo a la diferencia cultural. «La devoción del sospechoso X» no es una excepción.

Este libro nos plantea algunas preguntas universales: ¿hasta dónde estamos dispuestos a llegar por amor? ¿qué sacrificios estamos dispuestos a hacer por la persona amada? ¿en qué momento un amor secreto se convierte en un amor enfermizo?.

Yasuko acaba de matar a Togashi, su ex marido, con la ayuda de Misato, su hija adolescente. Justo cuando están pensando qué hacer a continuación aparece en escena Ishigami, un vecino ya maduro que trabaja como profesor de matemáticas en un instituto y con el que apenas han cruzado un par de saludos de cortesía hasta el momento. Contra todo lo esperable, Ishigami se ofrece a hacerse cargo del cadáver y a proporcionarles una coartada que nadie podrá desmontar.

Cuando es encontrado el cadáver de Togashi, el caso recae sobre el detective Kusanagi. No es el mejor policía de Tokio, ni siquiera es un prometedor detective joven que promete mucho, simplemente es un policía normal y corriente a quien su olfato le dice que la historia que va encontrando detrás del muerto esconde algo de lo que no es capaz de enterarse.

Poco a poco va estirando del hilo que sobresale de la madeja que ha preparado Ishigami. Ese hilo suelto le permite descubrir otros hilos, pero irremediablemente cada hilo del que va tirando acaba en un nudo que es incapaz de deshacer.

Esta es la historia que nos cuenta Keigo Higashino en este su primer libro que llega a España, una trama enrevesada que se nos escapa de las manos cada vez que creemos que ya la tenemos sujeta, que juega con nosotros como el gato con el ratón, llevándonos justamente por donde el autor quiere que vayamos en cada momento, haciendo que nos perdamos cada vez más en el laberinto de nuestras suposiciones.

Pero «La devoción del sospechoso X» es algo más que una historia de policías y asesinos, es una obra que, como Shrek, recuerda a una cebolla. Emplea una trama policíaca para contarnos una historia de amor platónico y entregado. Utiliza esta historia de amor platónico para mostrarnos a una persona con una mente privilegiada y una inteligencia sobrehumana pero con una vida triste y llena de sufrimiento. Y eso solo es el principio, porque el personaje de Ishigami es fascinante.

Además, lo hace todo con una sencillez pasmosa, con la misma naturalidad con la que un mago te hace fijar la mirada en su mano derecha mientras es la izquierda la que está haciendo el truco, empleando una prosa directa y sin adornos innecesarios que hace que nos sumerjamos en ella como en unas aguas tranquilas pero que esconden corrientes traicioneras que nos llevan a desear, casi necesitar, saber que ocurre en la página siguiente.

Valoración: Lectura gratificante. Cuatro estrellas

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